Información fiable en Internet sobre complementos alimenticios. ¿Cómo detectarla?

  • Jueves, 04 Octubre 2018 09:46
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Un consumidor que quiera tomar un determinado complemento alimenticio, ¿puede informarse previamente por su cuenta a través de Internet? La respuesta es sí, pero ¿se puede creer todo lo que encuentra? Evidentemente, no. ¿Qué hay que tener en cuenta cuando se busca información? ¿Cómo detectar una información veraz y contrastada de otra interesada o poco creíble?

En el mundo del periodismo, las fuentes de información son necesarias para poder explicar la realidad y lo que acontece. Sin embargo, no todas son fiables ni proporcionan datos veraces. Unas dan su información bajo su punto de vista, ideología u opinión, otras son claramente interesadas y difunden una información con un objetivo concreto (económico, de ventas, etc.) y, por tanto, tienen una veracidad limitada y otras, en el peor de los casos, proporcionan información completamente errónea. El trabajo de un buen periodista es saber filtrar todas las informaciones y contrastarlas para acabar ofreciendo datos veraces a una audiencia.

A un consumidor normal que busca información por Internet sobre un complemento alimenticio le puede resultar complicado discernir si está ante una información fiable y contrastada o ante una información interesada o poco veraz. Es cierto que Internet ha democratizado la información y que el concepto de “aldea global” que profetizaba hace unas décadas el teórico de la comunicación Marshall McLuhan está más presente que nunca, pero los riesgos de la era Internet también son muchos sobre todo cuando uno quiere obtener información rigurosa.

Hace escasas semanas se celebraba el 20 aniversario de Google, el buscador de buscadores, que permite de manera rápida, a cualquier momento del día, desde cualquier lugar del planeta y con un simple dispositivo electrónico conectado a Internet, disponer de una gran cantidad de información sobre un tema, simplemente tecleando aquello que se quiere consultar. Pero, ¿nos podemos fiar de todas las informaciones que contienen las páginas web que aparecen en los resultados? La respuesta, como indicábamos al principio, es no.

Cuando se realizan búsquedas en la web sobre un complemento alimenticio es importante recurrir directamente a los sites de entidades u organizaciones respetadas, avaladas por una amplia trayectoria y experiencia, en lugar de hacer búsquedas a ciegas con un motor de búsqueda. Además, es importante que uno mismo se haga las siguientes preguntas.

¿Quién opera la web?
¿Es una web gestionada por una Administración, Universidad, Asociación o entidad relacionada con el ámbito sobre el que se consulta? ¿La información está escrita o revisada por profesionales de la salud cualificados, expertos en la materia, académicos, comunidad médica o científica o la propia Administración?

¿Cuál es el propósito de la web consultada?
¿La finalidad es educar objetivamente al público o simplemente vender un producto? Hay que tener especial cuidado con los comercios online generalistas cuyo interés principal es vender productos.

¿Cuál es la fuente de información? ¿Hay alguna referencia?
¿El estudio ha sido realizado o revisado por expertos científicos reconocidos y publicado en revistas científicas con buena reputación? ¿La información dice “algunos estudios demuestran…” o queda referenciada la investigación para poder verificar posteriormente su autenticidad? Por ejemplo, ¿se puede encontrar el estudio en la base de datos de la Biblioteca Nacional de Medicina (PubMed), la más prestigiosa que existe?

¿Está actualizada la información?
Es importante verificar la fecha de publicación o actualización del material. A menudo, las nuevas investigaciones u otros hallazgos no se reflejan en el material antiguo, por ejemplo, los efectos secundarios o las interacciones con otros productos o la nueva evidencia que podría haber cambiado el pensamiento anterior. Lo ideal es que las webs especializadas en el tema se actualicen con frecuencia.

¿Cómo debe estar escrita la información?
Hay que ser escéptico y tener cuidado con el lenguaje excesivamente enfático con mayúsculas y muchos signos de exclamación. También hay que tener especial cuidado con frases como: "Esto no es un engaño" o "Envíe esta información a todos sus conocidos".

Además de intentar fijarte en todo lo anterior, también es fundamental:

- Valorar si los argumentos para defender un determinado complemento alimenticio son demasiado exagerados o poco realistas. ¿Se extraen conclusiones simplistas de un estudio complejo para vender un producto? La jerga sin sentido puede sonar muy convincente. Además, hay que ser escéptico acerca de la información anecdótica de testimonios personales sobre beneficios increíbles o resultados obtenidos del uso de producto.

- Tener cuidado con las informaciones que aseguran una “solución rápida”.

Y ante la duda, los departamentos de atención al cliente de los fabricantes y distribuidores de complementos alimenticios pueden ofrecer información contrastada sobre el producto específico que se quiere consumir. El etiquetado también es una herramienta importante y fuente fiable a la hora de obtener información. En virtud del Reglamento (UE) 1169/2011 se establecen los principios generales, los requisitos y las responsabilidades que rigen la información alimentaria obligatoria de los alimentos y los medios para garantizar el derecho de los consumidores a la información, así como los procedimientos para facilitar información alimentaria. Las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos están reguladas en la Unión Europea por el Reglamento 1924/2006. Todas las menciones autorizadas tienen el aval de veracidad del máximo organismo europeo en materia de seguridad alimentaria: la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés).

En conclusión, si bien Internet es una fuente rica de información, también es un vehículo fácil para difundir mitos, engaños y rumores sobre supuestas noticias, estudios, productos o hallazgos. Para evitar ser presa de tales engaños desde Afepadi recomendamos recurrir siempre a fuentes autorizadas que brinden información veraz, contrastada y avalada científicamente.

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