La investigación destaca la importancia de la ingesta materna de zinc como un factor de riesgo para el desarrollo de hipertensión gestacional. Aproximadamente el 10% de las mujeres presentan hipertensión arterial durante la gestación.

Los resultados de un nuevo estudio confirman que el consumo de complementos alimenticios de omega-3 pueden elevar los niveles de ácidos grasos tanto en las mujeres embarazadas como en los bebés a través del cordón umbilical. Estos hallazgos permiten fijar nuevas formas de aumentar la disponibilidad de EPA y DHA durante en el embarazo y en el periodo de lactancia.

La leche materna es la dieta recomendada para los lactantes, de modo que el estado nutricional de la madre durante la lactancia puede afectar al contenido de nutrientes que hay en ella y, por ende, al correcto desarrollo del bebé. En el caso de la visión, además de la luteína y la zeaxantina, el alfa-caroteno también puede contribuir a la salud ocular del recién nacido durante el posparto.

Mantener una alimentación saludable, equilibrada y completa a nivel de nutrientes y energía durante el embarazo evitará déficits nutricionales y ayudará al correcto desarrollo del bebé. En este artículo explicamos qué las vitaminas prenatales, por qué son importantes y cuáles son.

Las náuseas del embarazo son muy comunes, de hecho, hasta el 80% de las mujeres embarazadas sufre náuseas y vómitos con mayor o menor gravedad. Dado que la microbiota intestinal juega un papel esencial en estos síntomas, varios estudios han centrado la atención en descubrir si los probióticos pueden ayudar a mitigar los síntomas del embarazo y mejorar así su calidad de vida.

Tanto en el embarazo como durante la lactancia, las necesidades de yodo aumentan, por un lado, debido al incremento de la síntesis de hormonas tiroideas y la transferencia de yodo al feto; y por otro, porque el yodo secretado en la leche materna es una fuente crucial para el lactante.

La deficiencia de hierro es un problema muy común que afecta especialmente a las mujeres en edad fértil y a las embarazadas. Además de los complementos alimenticios de hierro, un estudio plantea el consumo de probióticos como alternativa a la hora de mejorar las tasas de absorción del hierro ingerido a través de la dieta.

La vitamina B9, también conocida como ácido fólico, ayuda al mantenimiento y a la creación de nuevas células, por lo que ejerce una función vital en el crecimiento celular y, muy especialmente, durante la infancia y el embarazo. Mientras que los expertos recomiendan tomar ácido fólico durante el primer trimestre, nuevas evidencias científicas han demostrado que la suplementación continua de ácido fólico durante todo el periodo de gestación mejora el rendimiento cognitivo de los niños.

Aumentar la ingesta de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga Omega-3 durante el embarazo puede ayudar a reducir el riesgo de nacimientos prematuros. Así lo confirma una revisión de diferentes estudios que se acaba de publicar.

 

Una nueva investigación sugiere que las mujeres que consumen niveles más altos de colina en los últimos tres meses de embarazo pueden tener bebés con velocidades de procesamiento de información más rápidas.



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