La combinación de la nutrición con el ejercicio puede mejorar la rigidez muscular relacionada con la edad. En este sentido, y según datos publicados en Frontiers in Nutrition, el consumo de quercetina puede ayudar a reducir la rigidez muscular de las personas mayores cuando se combina con ejercicios de baja intensidad, lo que ayudaría a combatir los casos de sarcopenia.

Estudios anteriores ya han identificado que una mayor ingesta de flavonoides en la dieta, así como de antocianinas y proantocianinas, se asocia con un progreso más lento del deterioro cognitivo y de la demencia. En este sentido, los arándanos son ricos en estos micronutrientes y han sido reconocidos por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.

Tras conocer los beneficios de alimentos como el chocolate en la salud cardiovascular, muchas investigaciones han ido enfocadas a descubrir el mecanismo de acción. Y una de las sustancias responsables de este beneficio son los flavonoides del cacao.

Estudios previos han demostrado que determinados bioflavonoides cítricos como la hesperidina, tienen efectos beneficios en nuestra salud gracias a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. No obstante, otras investigaciones han enfocado el uso de la hesperidina sobre el rendimiento deportivo en ciclistas, analizando al detalle los mecanismos metabólicos, bioquímicos y moleculares que lo favorecen.

La diabetes tipo 2 es una enfermedad que puede afectar, entre otros, al correcto funcionamiento del sistema inmune. Esto hace que las personas con resistencia a la insulina tengan más dificultades para iniciar una respuesta inmunitaria adecuada en comparación con las personas con niveles normales de glucosa en sangre.

Los sofocos, principales síntomas de la menopausia, son responsables del aumento del flujo sanguínea de la piel del cuello, cara y tórax, y se acompañan de sudoración y palpitaciones. No obstante, en los últimos años ha aumentado la tendencia a consumir determinadas plantas para aliviar estos síntomas.

Varios estudios han demostrado que las dietas basadas en una alta ingesta de polifenoles y fibras alteran las actividades microbianas del intestino. Concretamente, la microbiota intestinal convierte los polifenoles y las fibras en compuestos biológicamente activos, lo que ayuda a regular el metabolismo de la energía y de los lípidos. Sin embargo, no estaba claro si los cambios en los procesos biológicos estaban asociados a una acción conjunta entre flavonoides y fibra o por el contrario, tienen efectos independientes.

Así lo señala un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition desarrollado a lo largo 20 años. Estos resultados evidencian la importancia de seguir una dieta saludable para prevenir enfermedades, como en este caso el Alzheimer, a falta de tener un tratamiento que consiga evitar el deterioro cognitivo y erradicar por completo la patología.