Las hojas de olivo contienen, entre otras sustancias, oleuropeína y otros compuestos polifenólicos, considerados grandes antioxidantes y antiinflamatorios. Son beneficiosos para el sistema cardiovascular e inmunológico, y ayudan de reducir el estrés oxidativo -reduciendo también los radicales libres, tan dañinos para el organismo-, así como la presión arterial. Nuevas evidencias científicas demuestran también su efecto antibacteriano.