En condiciones óptimas de salud, una persona que consuma hasta 400mg. de cafeína al día – equivalente a 4 tazas de café- no debería apreciar ningún efecto secundario adverso sobre su organismo ni repercutir a medio o largo plazo sobre su estado de salud.
La investigación en la que ha participado la Universidad de Pensilvania, Oklahoma y Manitoba y que ha contado con la ayuda de entidades como el International Life Sciences Institute (ILSI), Caffeine Working Group, The American Beverage Association (ABA) y la National Coffe Association (NCA) también apunta que una ingesta de 300 mg. al día en mujeres embarazadas y un consumo de 2,5 mg por kilogramo de peso en niños y adolescentes está dentro de los límites aceptables. De hecho, estas cantidades se corresponden con las que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) considera seguras y aceptables y que ya hizo públicas a principios de 2015.
Un tema que viene de atrás
La cafeína siempre ha sido un tema de debate. Anterior a 2015, determinados Estados miembros de la Unión Europea expresaron su preocupación por la seguridad del consumo de cafeína en la población general y en grupos específicos, tales como los adultos que realizan actividad física, y las personas que consumen cafeína junto con alcohol o sustancias que se encuentran en las bebidas energéticas.
La Comisión Europea respondió pidiendo a la EFSA que evaluara la seguridad de la cafeína. El Panel de Productos Dietéticos, Nutrición y Alergias (NDA) de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), publicó un informe relativo a la contribución de la cafeína sobre el ejercicio físico - tomado 1 hora antes - y otro informe acerca de su relación con el rendimiento intelectual. En sus conclusiones se recogía que esta sustancia contribuía a:
- Un aumento de la capacidad de resistencia y del rendimiento físico (3 mg/kg de peso).
- Una reducción de la percepción del esfuerzo excesivo (4 mg/kg peso).
- Una mejora de la concentración y aumento del estado de alerta (75 mg/porción).
La cafeína es una sustancia que se puede encontrar a través del clásico café, té, chocolate negro, cacao amargo, determinados refrescos y bebidas energéticas. También se puede ingerir de manera responsable a través de complementos alimenticios seguros, eficaces y de calidad.