El papel del zinc a la hora de aumentar nuestras defensas ha sido ampliamente estudiado. Ahora un metanálisis, publicado en el British Medical Journal y formado por 28 ensayos, ha reafirmado la idea de que los complementos alimenticios de zinc, que han demostrado ser seguros, eficaces y de calidad, podrían prevenir síntomas y acortar la duración de infecciones respiratorias, que van desde casos más leves, como el resfriado o la gripe, hasta afecciones más graves como la neumonía o el síndrome respiratorio agudo grave.
Tal y como afirman los autores del metaanálisis, se recogieron ensayos que utilizaron formulaciones de gluconato de zinc o acetato de zinc, ya sea en formato aerosol nasal, gel nasal, pastillas o zinc oral.
El análisis separa los efectos del consumo de zinc como medida preventiva y como tratamiento después de enfermar. En el primer caso, los resultados observaron que hay un 28% menos de riesgo de desarrollar síntomas más leves y un 87% menos de riesgo de síntomas moderadamente graves. Asimismo, consumido de manera preventiva, el zinc parece reducir la duración de la enfermedad e incluso su gravedad entre los días 2 y 4, momento de mayor pico de enfermedad.
En el caso de tomarlo como tratamiento tras enfermar, se observó que la ingesta de zinc reduce ligeramente el tiempo que duran los síntomas, en alrededor de dos días.
Los responsables de esta revisión matizan que los hallazgos también se alinean con la demanda de más investigaciones de inmunonutrición. A pesar de las conclusiones obtenidas, insisten en que, “es necesario llevar a cabo más estudios al respecto para poder observar al detalle la eficacia clínica de las diferentes formulaciones, dosis y vías de administración de zinc”.