Jueves, 30 Junio 2022 10:44

Vitaminas prenatales: ¿qué son y por qué son importantes?

Vitaminas prenatales: ¿qué son y por qué son importantes? Vitaminas prenatales: ¿qué son y por qué son importantes?

Mantener una alimentación saludable, equilibrada y completa a nivel de nutrientes y energía durante el embarazo evitará déficits nutricionales y ayudará al correcto desarrollo del bebé. En este artículo explicamos qué las vitaminas prenatales, por qué son importantes y cuáles son.

Durante el embarazo debemos aportar al cuerpo nutrientes clave para evitar cualquier déficit nutricional que pueda perjudicar tanto a la mujer como al bebé. A pesar de que una dieta saludable es la mejor manera de obtener todos estos nutrientes, hay algunos que se deben tomar en mayor cantidad y que podemos aportar mediante complementos alimenticios que han demostrado ser seguros, eficaces y de calidad.

Las vitaminas prenatales complementan la alimentación de la mujer embarazada y compensan algunas necesidades nutricionales características de la gestación, tanto en las mujeres embarazadas como en las que esperan concebir. A continuación, detallamos las más importantes:

- Ácido fólico: es de vital importancia durante el embarazo, ya que es un componente fundamental para el correcto desarrollo del feto, disminuyendo el riesgo de defectos de nacimiento, de problemas cardiacos e incluso de preeclampsia. Además, cuando se consume un mes anterior a la concepción y al comienzo del embarazo se puede llegar a reducir hasta en un 70% el riesgo de que el bebé desarrolle defectos del tubo neural.

- Hierro: promueve el desarrollo de la placenta y el feto y ayuda al cuerpo a producir sangre para suministrar oxígeno al feto. La deficiencia de hierro se asocia con resultados adversos del embarazo, incluido el aumento de enfermedades maternas y problemas de crecimiento del feto, bajo peso al nacer o partos prematuros. Estos problemas, además, pueden ser más frecuentes o pueden agravarse en caso de anemia. Los requisitos de hierro aumentan exponencialmente durante el embarazo, unas dosis que en muchas ocasiones no podemos conseguir solo mediante los alimentos que comemos.

- Calcio: la absorción de calcio aumenta durante el embarazo para asegurar el aporte de calcio al feto, ya que interviene en la formación y desarrollo de los huesos (favoreciendo así una correcta densidad ósea), los dientes, los nervios y los músculos del feto, incluyendo el corazón. Un nivel bajo de calcio durante el embarazo está relacionado con complicaciones fetales como baja mineralización ósea, crecimiento intrauterino retardado y bajo peso al nacer. Asimismo, el calcio reduce el riesgo de hipertensión y ayuda a prevenir la preeclampsia y el parto prematuro, así como los problemas graves relacionados con la hipertensión en la gestación. No obstante, hay que tener en cuenta que el calcio inhibe la absorción de hierro, por lo que no debe administrarse junto con la dosis diaria recomendada de hierro y ácido fólico durante el día.

- Yodo: es un nutriente necesario para la salud y el desarrollo de las personas en cualquier etapa de la vida, pero especialmente en el embarazo. La yododeficiencia puede afectar al desarrollo del cerebro del bebé y provocar alteraciones en la formación de su sistema nervioso, provocando una disminución del coeficiente intelectual, hiperactividad u otros trastornos neurocognitivos. Tal y como hemos visto con los anteriores nutrientes, también puede provocar un parto prematuro o que el bebé nazca con bajo peso. Además, hay que tener en cuenta que durante el primer trimestre de embarazo el feto no es capaz de fabricar hormonas tiroideas, por tanto, depende totalmente de la tiroides de la madre, por lo que es crucial que no falte.

- Ácidos grasos: algunas vitaminas prenatales contienen ácidos grasos esenciales que incluyen omega-3, DHA y EPA, y todos ellos contribuyen al desarrollo del cerebro, el sistema nervioso y el tejido ocular del bebé, además de reducir las posibilidades de nacimientos prematuros. También pueden desempeñar un papel en la determinación de la duración de la gestación y en la prevención de la depresión perinatal.

- Vitamina D: es fundamental para equilibrar los niveles de calcio y de fósforo, tanto de la madre como del bebé. La deficiencia de esta vitamina incrementa el riesgo de que el recién nacido padezca raquitismo, tenga problemas de desarrollo normal en los huesos y presente algún retraso en su desarrollo físico.

Se recomienda empezar a tomar vitaminas prenatales antes de la concepción, sobre todo ciertos nutrientes, ya que el tubo neural del bebé, que se convierte en el cerebro y la médula espinal, se desarrolla durante el primer mes de embarazo, incluso antes de que la propia mujer sepa si está embarazada. En estos casos es necesario empezar a tomar estas vitaminas prenatales poco después de confirmar el embarazo. Además de los nutrientes arriba indicados, esenciales para el buen desarrollo del bebé, también son beneficiosas las vitaminas prenatales que contienen vitamina C, vitamina A, vitamina E, vitaminas B o zinc.

Aunque todas las mujeres embarazadas deben prestar especial atención a las vitaminas prenatales, están especialmente indicadas para mujeres vegetarianas, veganas o intolerantes a la lactosa; con desorden alimentario; con problemas en el sistema circulatorio o con bypass gástrico realizado previamente; o embarazadas de más de un bebé.

La mayoría de las mujeres toleran bien las vitaminas prenatales y no reportan contraindicaciones. Sin embargo, hay que evitar tomar vitaminas prenatales o multivitaminas adicionales excediendo las dosis diarias recomendadas y consultar en todo momento al profesional sanitario, quien indicará cuáles son las vitaminas más adecuadas para cada mujer en particular.

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