El consumo de complementos alimenticios destinados al deporte, que han demostrado ser seguros, eficaces y de calidad, ha aumentado de manera progresiva durante los últimos años. Se trata de fórmulas dietéticas que se consumen antes de un entreno o de realizar ejercicio para aumentar la energía y el rendimiento deportivo. Los productos utilizados suelen contener aminoácidos, beta-alanina, cafeína o creatina, aunque los ingredientes dependerán en gran medida según el deporte en cuestión y los objetivos que se persigan.
A continuación, destacamos los más populares para tener en cuenta antes de cualquier entreno:
- Precursores de óxido nítrico (L-arginina, L-citrulina y nitratos): su consumo se asocia a la relajación de los vasos sanguíneos y la mejora del flujo sanguíneo, además de aumentar el transporte de oxígeno y nutrientes a los músculos.
- Cafeína: cuando se toma antes del entreno favorece el rendimiento deportivo, ya que ayuda a aumentar la energía, la fuerza máxima y la resistencia muscular, además de mejorar también la concentración.
- Creatina: tiene un papel esencial en la producción de energía y la fuerza muscular, a la vez que también puede mejorar el tiempo de recuperación. Aunque la mayoría de los estudios se han centrado en los efectos del monohidrato de creatina sobre el rendimiento y la salud, existen muchas otras formas de creatina dentro de la nutrición deportiva.
- Aminoácidos de cadena ramificada (valina, la leucina y la isoleucina): los estudios han demostrado que ayudan a aumentar el crecimiento muscular, y especialmente la leucina, que disminuye la tasa de degradación de proteínas en el músculo en reposo.
- Proteína Whey: es muy rica en aminoácidos y además de favorecer el desarrollo y la regeneración musculares, también mejora la función cardiovascular -reduciendo la presión arterial-, entre otros.
Además de estos ingredientes, en el mercado existe una gran oferta de productos destinados a mejorar el rendimiento deportivo y la masa muscular, dado el auge de la nutrición deportiva en los últimos años. Sin embargo, conviene revisar en cada caso la etiqueta y comprobar que el producto en cuestión esté certificado y siga las normas regulatorias del mercado.