Determinados complementos alimenticios a base de ingredientes vegetales como, por ejemplo, la Gymnema sylvestre, canela, fenogreco y la semilla negra, pueden ayudar a controlar el azúcar en la sangre. Existe evidencia científica que así lo demuestra.
Suplementos alimenticios a base de arándano y determinadas cepas de probióticos pueden reducir significativamente las infecciones recurrentes del tracto urinario (ITU) en mujeres premenopáusicas, así como acortar su duración y disminuir la necesidad de tratamiento con antibióticos. Estas son las principales conclusiones de un estudio que se ha publicado recientemente.
La inflamación está relacionada con una amplia variedad de enfermedades como la artritis, el cáncer, problemas cardiovasculares, diabetes, obesidad, osteoporosis o asma. También puede estar motivada por un mal funcionamiento del sistema nervioso central como Parkinson o desordenes mentales como la depresión. Ingredientes como la Curcuma longa y Boswellia serrata pueden ayudar a evitar los procesos inflamatorios.
Complementos alimenticios de Ashwagandha pueden ayudar a combatir el insomnio y favorecer un sueño reparador. Un nuevo estudio clínico ha demostrado que este ingrediente mejora tanto la cantidad como la calidad del sueño.
Una suplementación con vitamina D puede mejorar la depresión en personas adultas, mayores de 60 años. Así se desprende de las conclusiones de un ensayo clínico publicado en la revista Clinical Nutrition.
Uno de los complementos alimenticios más utilizados sigue siendo el Omega 3. Los resultados de un metanálisis realizado recientemente confirma, una vez más, los beneficios de este suplemento alimenticio sobre la salud cardiovascular. Su consumo puede conllevar un menor riesgo de sufrir un ataque cardíaco y otras enfermedades relacionadas con el corazón.
Un estudio realizado por diferentes universidades españolas confirma que el extracto de azafrán protege las células de la retina de la hipertensión ocular, principal motivo para sufrir de glaucoma.
El consumo regular de té puede ofrecer un efecto protector sobre la estructura cerebral y el deterioro cognitivo relacionado con la edad, según una investigación publicada en la revista científica Aging.
Una revisión sistemática realizada a partir de 33 ensayos clínicos ha revelado que determinados complementos alimenticios pueden ayudar a mantener una buena salud mental y a prevenir ciertos trastornos como la depresión o esquizofrenia.
La deficiencia de vitamina D en la infancia podría provocar un comportamiento agresivo y estados ansiosos y depresivos durante la adolescencia. Esta es la principal conclusión de un estudio publicado en la revista Journal of Nutrition.