Jueves, 21 Abril 2016 12:10

La Vitamina K, la vitamina olvidada

La vitamina K es, probablemente, una de las vitaminas de las que menos se habla y que menos conoce la población pero cumple, como las demás, una función fundamental en la salud del organismo. La vitamina K ayuda al mantenimiento del sistema de coagulación de la sangre y también participa en el metabolismo del hueso, es decir, promueve la formación ósea en nuestro organismo. En esta línea, es interesante fomentar investigaciones que estudien la relación de esta vitamina con la osteoporosis en población de edad avanzada y el posible establecimiento de protocolos de salud que empleen los complementos alimenticios como coadyuvantes en estas situaciones fisiológicas.

Las formas naturales de la vitamina K son la vitamina K1,  de origen vegetal y la vitamina K2, producida por las bacterias intestinales. La vitamina K3 es de origen sintético pero duplica el poder de las otras dos. Ésta suele administrarse a personas que no metabolizan adecuadamente las vitaminas K naturales.1

Existen cantidades muy variables de vitamina K (30 a 400 µg/100g) en productos como la leche y lácteos, carne huevos, hígado, cereales integrales, fruta, vegetales de hoja verde (espinacas, col verde, brócoli, lechuga...) y aceites vegetales (oliva, soja …).

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha evaluado positivamente las siguientes declaraciones de propiedades saludables confirmando que se han demostrado claros beneficios para la salud de la ingesta de vitamina K:

La vitamina K contribuye al mantenimiento de huesos normales
La vitamina K contribuye a la coagulación sanguínea normal

Una deficiencia de vitamina K traería como consecuencia una coagulación sanguínea pobre provocando sangrado espontáneo o prolongando el tiempo de hemorragia. Hay ciertas circunstancias que predisponen a una deficiencia de esta vitamina: nutrición parenteral total sin suplementación vitamínica, problemas de absorción intestinal, tratamiento con medicamentos antagonistas de la vitamina K, tratamiento con antibióticos que destruyan la microbiota intestinal, laxantes y la sobredosificación con vitamina A o E, ya que inhiben la absorción de la vitamina K.1  Los complementos alimenticios a base de vitamina K son, por tanto, importantes para aquellos cuyo equilibrio normal en la flora intestinal ha sido alterado. Los recién nacidos también tienen un riesgo de deficiencia de vitamina K, de ahí que en muchos países la administración de vitamina K a los recién nacidos, de forma profiláctica, sea parte de la rutina sanitaria.2

A nivel europeo, aún no se ha establecido valores dietéticos de referencia para esta vitamina, pero sí se ha hecho en algunos estados miembro: por ejemplo, en Alemania, Austria y Suiza, se recomienda una ingesta de 70 µg de vitamina K al día para los hombres y 60 µg al día para las mujeres. En España, se recomienda una ingesta de 70-80 µg en hombres y 60-65 µg en mujeres. Y en Estados Unidos, se ha establecido una ingesta adecuada de 120 µg de vitamina K al día para los hombres y 90 µg/día para las mujeres.

 

 

1. Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD). Ingestas Dietéticas de Referencia (IDR) para la población española. Ediciones Universidad de Navarra, S. A. (EUNSA). 2010. Navarra.

2. http://www.nutri-facts.org/esp/vitaminas/vitamina-k-filoquinona/resumen/

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