Un estudio realizado en Harvard informa sobre la capacidad de la vitamina D de influir en señales inflamatorias que contribuyen en la producción de células sanguíneas. Los investigadores observaron que cuando se reducía la suplementación de vitamina D se formaban menos células.
Aunque la mayor fuente de vitamina D es la radiación UV muchos países cercanas al ecuador con mucha exposición a la luz solar, tienen niveles insuficientes de vitamina D. Esto ha llevado a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) a establecer las siguientes Ingestas Adecuadas (IA) para la vitamina D:
Para los adultos, se fija una IA de vitamina D en 15 μg/día, teniendo en cuenta que la mayor parte de la población alcanzará un concentración sérica de 25(OH)D cerca o por encima del objetivo de 50 nmol/L.
Para niños de 1-17 años, se ha fijado una IA de vitamina D en 15 μg/día.
Para bebés de 7-11 meses, se ha fijado una IA de vitamina D en 10 μg/día.
Para mujeres embarazadas y lactantes, se establece la misma IA que para mujeres no embarazadas y no lactantes, es decir, 15 μg/día.
Algunas voces consideran que estos niveles son muy bajos y algunos países como Suecia persiguen que el enriquecimiento con vitamina D sea obligatorio.