El consumo de Omega-3, ¿también efectivo tras haber sufrido un infarto?

  • Jueves, 19 Noviembre 2020 12:08
El consumo de Omega-3, ¿también efectivo tras haber sufrido un infarto? El consumo de Omega-3, ¿también efectivo tras haber sufrido un infarto?

Un equipo de investigadores del Hospital e Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol y del Instituto de Investigaciones Médicas Hospital del Mar (IMIM) se han planteado una posible afirmación a esta pregunta. Los resultados del estudio ha sido publicado en el Journal of the American College of Cardiology.

Tras analizar un total de 950 pacientes que ingresaron en el hospital para recibir tratamiento tras padecer un ataque cardíaco, los investigadores han observado que el consumo regular de ácidos grasos omega-3 fortalece las membranas del corazón y ayuda a mejorar el pronóstico en caso de infarto de miocardio. Los pacientes fueron monitoreados durante tres años después de ser dados de alta, y se observó que tener altos niveles de omega-3 en la sangre en el momento del infarto y haberlos consumido en las semanas previas al ataque cardíaco, se asocia con un menor riesgo de complicaciones. En este sentido reportaron una reducción de eventos adversos cardiovasculares mayores, una menor mortalidad por todas las causas y menores tasas de reingreso hospitalario relacionado con causas cardiovasculares -infarto de miocardio no fatal, angina inestable, insuficiencia cardíaca o accidente cerebrovascular-.

Los ácidos grasos omega-3 tienen propiedades cardioprotectoras, ya que enriquecen las membranas de los cardiomiocitos y promueven un consumo de oxígeno del miocardio más eficiente. Los tres principales ácidos grasos omega-3 son el ácido alfa-linolénico (ALA), el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). El estudio ha evidenciado que los niveles séricos elevados de EPA y ALA durante un infarto de miocardio con elevación del segmento ST - uno de los signos más tempranos del infarto agudo de miocardio- se relacionan con un tamaño más pequeño del infarto y una función ventricular conservada a largo plazo, lo que supone un menor riesgo de eventos adversos clínicos.

Tal y como explican los expertos, durante un infarto de miocardio, la disminución del flujo sanguíneo y el oxígeno al músculo cardíaco desencadenan la escisión de los ácidos grasos de las membranas de los cardiomiocitos. Los ácidos grasos liberados se convierten luego en oxilipinas, que pueden promover la inflamación, y los ácidos grasos omega-3 escindidos se convierten en eicosanoides antiinflamatorios, lo que puede limitar el grado de daño miocárdico. Es por ello por lo que consumir ácidos grasos omega-3 puede tener un efecto similar al “preacondicionamiento” en el corazón. Mientras que los niveles altos de EPA están asociados con un menor riesgo de reingreso hospitalario por causas cardiovasculares, los niveles más altos de ALA se asocian a un riesgo reducido de muerte.

Estos nuevos hallazgos representan un gran paso. Tal y como explica el Dr. Antoni Bayés, director clínico de Cardiología de Germans Trias, “incorporar omega-3 en la dieta de los pacientes con riesgo de enfermedad cardiovascular es una estrategia integradora para mejorar tanto su calidad de vida como su pronóstico en caso de sufrir un infarto”. Desarrollar estrategias preventivas que permitan mejorar el pronóstico después de un infarto de miocardio es un tema de gran importancia en los entornos clínicos y de salud pública. Aunque los avances en la especialidad de cardiología han conseguido reducir la mortalidad aguda asociada con el infarto de miocardio, los eventos cardiovasculares secundarios siguen representando una carga significativa en el sistema de salud público. Este nuevo estudio muestra que, más allá de mejorar la calidad de vida de los pacientes con problemas cardiovasculares, también se podría llegar a reducir la carga asistencial y económica que conllevan los reingresos hospitalarios.

La importancia de los ácidos grasos Omega-3 en nuestra salud

Los ácidos grasos Omega 3 son fundamentales para el organismo, ya que intervienen en funciones vitales y por ese motivo no pueden faltar en nuestra alimentación. Entre otros:

  • Contribuyen al funcionamiento normal de nuestro corazón
  • Nos ayudan a mantener unos niveles de tensión arterial normales
  • Promueven el funcionamiento normal del cerebro y el mantenimiento de la visión en condiciones normales
  • Son necesarios para el crecimiento y el desarrollo normales de los niños


Los complementos alimenticios a base de Omega 3, que han demostrado ser seguros, eficaces y de calidad, nos ayudan a cumplir con los niveles óptimos de este tipo de ácidos grasos que nuestro organismo necesita y que no podemos aportar en cantidad suficiente mediante la dieta normal. Por ello siempre se deben acompañar de una dieta sana y equilibrada y seguir en todo momento las indicaciones del fabricante y de las recomendaciones de profesionales de la salud.

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