Los aminoácidos son compuestos orgánicos que nuestro cuerpo usa para producir proteínas. Existen tres grupos:
- Aminoácidos esenciales: son los que no puede producir el organismo y por tanto deben ser ingeridos a través de los alimentos.
- Aminoácidos no esenciales: son los que el cuerpo puede sintetizar por sí mismo, por lo que no precisan de ingesta directa en una dieta.
- Aminoácidos condicionales: es un grupo intermedio de aminoácidos que en general no son esenciales pero que en determinados momentos sí que necesitamos conseguirlos a través de fuentes ajenas al propio organismo. Esto ocurre en casos de enfermedad, por una alimentación desequilibrada o en épocas de estrés y cansancio.
Las dietas carentes de determinados aminoácidos pueden conducir a un recuento más bajo de glóbulos blancos, lo que inhibe la capacidad del cuerpo para combatir enfermedades. Los siguientes aminoácidos pueden fortalecer funciones clave del sistema inmunológico:
- L-Arginina y la L-Citrulina ayudan a activar los glóbulos blancos responsables de detectar, ingerir y eliminar los cuerpos extraños que pueden ser perjudiciales para la salud.
- El glutatión, la L-cisteína, la N-acetilcisteína y la cistina son antioxidantes que ayudan a neutralizar los radicales libres, que son elementos que pueden dañar las células y causar enfermedades, acelerar el envejecimiento y propiciar la aparición de determinadas patologías.
- La histidina ayuda a reducir las reacciones alérgicas e inflamatorias ante gérmenes y otras bacterias, que pueden hacer que el sistema inmunológico reaccione de forma exagerada y destruya el tejido sano y provoque una enfermedad autoinmune.
- La L-glutamina ayuda a eliminar los agentes patógenos invasores al aumentar la producción de glóbulos blancos en órganos clave como el hígado. También es esencial para la salud intestinal, que tiene un importante papel en el sistema inmunológico.
- La L-lisina es capaz de reducir los niveles de ansiedad, bloqueando los receptores relacionados con la respuesta al estrés y así ayudar a regular la respuesta inmunitaria.