Tanto en otoño como en invierno debemos tener bien preparadas nuestras defensas para combatir la temporada de resfriados, gripes y otros virus respiratorios. Entre otros, la alimentación juega un papel fundamental a la hora de garantizar el aporte al cuerpo de aquellos nutrientes que intervienen en el sistema inmune. Repasamos los más importantes a la hora de ayudarnos a fortalecer las defensas.

Actualmente existe una gran variedad de plantas e ingredientes que contribuyen al normal funcionamiento de nuestro organismo. La ashwagandha (withania somnífera) es un arbusto de hoja que se usa como adaptógeno desde hace años dadas sus propiedades y cuya función inmunomoduladora ha sido analizada al detalle.

La deficiencia de vitamina B6 es un elemento común en casos de desnutrición. Tal y como han analizado varias investigaciones, se trata de una vitamina que se ha relacionado con la regulación de las respuestas inmunitarias, incluida la inflamación.

La diabetes tipo 2 es una enfermedad que puede afectar, entre otros, al correcto funcionamiento del sistema inmune. Esto hace que las personas con resistencia a la insulina tengan más dificultades para iniciar una respuesta inmunitaria adecuada en comparación con las personas con niveles normales de glucosa en sangre.

El interés por la actividad biológica de la astaxantina ha aumentado en los últimos años, cuya función ha demostrado ser beneficiosa como antiinflamatoria y antioxidante de radicales libres, tan dañinos para nuestro cuerpo.

El selenio es un mineral indispensable para el organismo, ya que actúa en nuestro sistema inmune, endocrino y cardiovascular. Es importante para la reproducción, la función de la glándula tiroidea, la producción de ADN y para proteger el cuerpo ante infecciones y ante el daño causado por los radicales libres.