Jueves, 12 Noviembre 2015 09:57

No comemos suficiente fibra

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) considera adecuada una ingesta de 25 g/día de fibra dietética para la función normal del intestino grueso en los adultos.1 Según el estudio ENIDE  20112 (Encuesta Nacional de Ingesta Dietética), en cuanto al consumo de fibra en la población española, las ingestas observadas están comprendidas entre 17 y 21 g/día, con los valores inferiores en mujeres y los más altos en hombres. Al comparar la ingesta habitual con los valores de referencia sólo entre el 1,5% y el 6,8% de la población llega a cubrir estas recomendaciones.

Estos resultados se podrían relacionar con la baja ingesta de los alimentos que la aportan, como las legumbres, que contribuyen a la ingesta de fibra total en casi un 50%, las frutas y verduras un 23% y los cereales 16%. Si bien estos alimentos son las principales fuentes de fibra, ésta también se puede obtener a través de productos especialmente formulados: dietéticos y complementos alimenticios. Productos con garantías de calidad nutricional y que ayudan a obtener la cantidad de fibra necesaria para el buen funcionamiento del organismo.  

Aumentar la ingesta de fibra es uno de los cambios más positivos que podemos hacer en nuestra alimentación. Como efectos beneficiosos, tiene asociados el control de azúcar en sangre, de la baja presión arterial y del colesterol, el aumento de la sensación de saciedad y la regulación del tránsito intestinal. Por este motivo, es uno de los componentes de nuestra dieta que más atención científica ha recibido. La divulgación de sus efectos positivos ha atraído la atención del consumidor y el desarrollo de alimentos y complementos alimenticios a base de fibra.

La fibra dietética está compuesta por polisacáridos distintos del almidón (por ejemplo, la celulosa, la hemicelulosa, las gomas y las pectinas) y la lignina de los alimentos vegetales. La fibra no es atacada por las enzimas del estómago y del intestino delgado, por lo que pasa al intestino grueso sin ser absorbida3.  La fibra tiene una influencia significativa en el grado de absorción de los nutrientes. En el estómago aumenta la viscosidad y retrasa el vaciado gástrico. Una vez en el intestino delgado, la capacidad de la fibra para absorber algunos nutrientes, junto con otros efectos sobre las paredes intestinales y la actividad de las enzimas digestivas, hacen que disminuya la velocidad de paso de nutrientes a sangre. La fibra al llegar al colon es atacada por la flora bacteriana y sufre un proceso de fermentación4.

 

 

 

 

 

 

1.http://www.efsa.europa.eu/sites/default/files/scientific_output/files/main_documents/1462.pdf
2.http://aesan.msssi.gob.es/AESAN/docs/docs/evaluacion_riesgos/estudios_evaluacion_nutricional/valoracion_nutricional_enide_macronutrientes.pdf
3.http://www.eufic.org/article/es/nutricion/fibra/artid/fibra-alimentaria-funcion-dieta-sana/

4. Juárez, M. (2005). Alimentos funcionales. Ed. Fundación española para la ciencia y la tecnología

 

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