En la UE, los productos que contienen vitaminas, minerales, ingredientes vegetales u otras sustancias pueden encontrarse en el mercado bajo diferentes categorías de productos: complementos alimenticios, medicamentos tradicionales a base de plantas o productos sanitarios. Debido a la falta de armonización a nivel de la UE, los Estados miembro tienen diferentes normas nacionales en vigor. Esto da lugar a que el mismo producto pueda ser considerado como un complemento alimenticio en un estado de la UE y como un medicamento en otro.

En este contexto, Afepadi coincide con el BEUC cuando pide un marco regulador general que garantice el mismo nivel de protección para los consumidores en toda la UE.

- Prevención y combate de la adulteración intencionada de los complementos alimenticios con medicamentos y sustancias no autorizadas. A pesar de que este tipo de prácticas no caracteriza a los complementos alimenticios elaborados en la UE, BEUC también considera preocupante que existan reglas insuficientes para prevenirlas y combatirlas.

- Límites máximos y mínimos de vitaminas y minerales. Es necesario establecer las dosis máximas y mínimas de vitaminas y minerales en complementos alimenticios, tanto por razones de seguridad alimentaria como por la protección económica del consumidor. Una dosis mínima no perjudicará la salud pero, en determinados casos, sí lo podría hacer superar una dosis máxima. Además existe la expectativa de utilidad de un producto. Sin una cantidad mínima garantizada, el complemento alimenticio podría no estar cumpliendo con su finalidad.

- Más información hacia los consumidores sobre los complementos alimenticios para garantizar su uso seguro. Otro tema pendiente es la inclusión en la norma de las especificidades de los complementos alimenticios en las declaraciones de propiedades saludables y nutricionales. De momento, sólo se la considera información voluntaria hacia el consumidor.

Desde Afepadi consideramos que deben ser reconocidas las especificidades de los complementos alimenticios y se debe prestar especial atención en lo que respecta al control de seguridad y calidad en línea con las mejores prácticas existentes.

Igualmente imprescindible, no debería ser opcional la mención, en el etiquetado, de la función nutricional o fisiológica a la que está destinado el producto. Y debería estar regulada por la propia normativa específica de complementos alimenticios.